La subcultura (o cultura underground) gótica es un movimiento subcultural existente en varios países. Empezó en el Reino Unido entre finales de los ’70 y mediados de los ’80, en la escena del Rock gótico, una derivación del Post-Punk. Su estética e inclinaciones culturales suelen estar ligados al Add a Génesis y provienen principalmente de las influencias de la literatura de terror, las películas de horror, y en menor medida, de la cultura BDSM.
La subcultura gótica comparte gustos estéticos, musicales y culturales en común. A pesar de que la música gótica abarca varios subgéneros y estilos, todos estos comparten una tendencia hacia una apariencia y un sonido “dark” u “oscuro”. Los estilos de vestimenta dentro de la subcultura toman influencias del death rock, el punk, el estilo andrógino, y hasta el estilo de vestimenta del Renacimiento; sin embargo, los góticos tienen una estética propia, que se centra en el color negro: trajes negros, maquillaje para resaltar palidez en el rostro, peinados que cubran la cara y hasta lápiz labial de color rojo aplicado atropelladamente en los labios. Es importante aclarar, sin embargo, que no todo aquel que se viste de acuerdo al estilo gótico es considerado gótico por los miembros de la subcultura. De la misma manera, no todos los góticos visten de negro ni siguen siempre el estilo.
Origen y desarrollo
A finales de los ’70, existían unas pocas bandas de Post-Punk en el Reino Unido catalogadas como góticas. Sin embargo, no sería sino hasta comienzos de los ’80 cuando el Rock gótico se convertiría en un subgénero propio, dentro del Post-punk, y que sus seguidores empezarían a reconocerse como góticos y a formar un movimiento reconocible. La inauguración del club nocturno “Batcave” en Londres, Soho en julio de 1982 proporcionó un lugar de encuentro para los integrantes del incipiente movimiento. El termino “batcaver” se convertiría con el paso del tiempo en Gran Bretaña en un termino para definir a los primeros góticos.
Independientemente de la escena gótica inglesa y casi al mismo tiempo, en EEUU el death rock comenzaba a surgir como un movimiento independiente del Punk estadounidense..[2] En los ‘80 y a comienzos de los ‘90, los miembros de la emergente subcultura gótica en Alemania comenzaron a ser llamados “Grufties” (en inglés, "vault creatures" o "tomb creatures"; en español “criaturas de las tumbas”). Estos generalmente representan una fusión de la subcultura gótica y el movimiento New wave, con una influencia del Nuevo romanticismo, formando un incipiente movimiento llamado “dark culture” –o cultura oscura-, formalmente denominado “Darkwave”.
El gótico después del post-punk
Después de la desaparición del Post punk, el gótico continuó evolucionando tanto musicalmente como estéticamente. Esto ocasionó el surgimiento de varios estilos, variantes dentro del género gótico. Las diferentes escenas regionales contribuyeron a esta diversificación. Por los ’90, la estética Victoriana tuvo una renovada popularidad en la escena gótica, utilizando el neogótico de mediados del Siglo XIX y los aspectos más morbosos de la cultura victoriana.
Terminología en la subcultura
En los ‘90, el término “gótico” y las fronteras de la subcultura gótica se volvieron más borrosas. Nuevas subculturas de jóvenes, o tribus urbanas, emergieron o se hicieron más populares, algunas siendo relacionadas con el movimiento gótico por la sociedad y los medios. Esta relación se debió principalmente a similitudes en la apariencia y la estética de las tribus urbanas, mas que por los géneros musicales de las bandas asociadas a los diferentes grupos urbanos. A medida que pasó el tiempo, el uso del término gótico se fue extendiendo aún más en el habla popular, llegando a ser utilizado para definir grupos que no tenían los mismo gustos musicales, ni en la estética a la cultura gótica original.
Esto dio origen a una jerga gótica que algunos góticos utilizan para etiquetar a diferentes grupos –o a sus miembros-, al movimiento gótico. Entre los que se incluyen “Dark”, “Darkie”, Darketo, principalmente en México, países sudamericanos e Italia, “Mallgoths” o “NeoGoth” en los EEUU, Grufties en Alemania, “Gogan's” en Australia o “Spooky Kids”, “Mosher's” o “Mini-moshers” en Gran Bretaña . Otros términos más positivos como “mini-goths” (pequeños góticos) o “baby bats” (murciélagos bebes) son a veces usados por los góticos angloparlantes más grandes para describir a las nuevas generaciones de jóvenes góticos que muestran un potencial para crecer dentro del grupo.
El predominio de información basada en el lenguaje utilizado en la Internet, de algún otro modo ha distorsionado dramáticamente la percepción de estos términos.
La relación de estos grupos jóvenes con los góticos más viejos, varía. Algunos, en primer lugar, se ofenden de ser llamados góticos; mientras que otros prefieren unirse a la subcultura existente en sus propios términos. Sin embargo, otros simplemente prefieren ignorar su existencia, y deciden apropiarse del término gótico para ellos mismos y redefinir la idea de gótico según su propia imagen. Aún dentro de la original subcultura, haciendo más difícil de precisar la frontera de esta misma.
La subcultura gótica comparte gustos estéticos, musicales y culturales en común. A pesar de que la música gótica abarca varios subgéneros y estilos, todos estos comparten una tendencia hacia una apariencia y un sonido “dark” u “oscuro”. Los estilos de vestimenta dentro de la subcultura toman influencias del death rock, el punk, el estilo andrógino, y hasta el estilo de vestimenta del Renacimiento; sin embargo, los góticos tienen una estética propia, que se centra en el color negro: trajes negros, maquillaje para resaltar palidez en el rostro, peinados que cubran la cara y hasta lápiz labial de color rojo aplicado atropelladamente en los labios. Es importante aclarar, sin embargo, que no todo aquel que se viste de acuerdo al estilo gótico es considerado gótico por los miembros de la subcultura. De la misma manera, no todos los góticos visten de negro ni siguen siempre el estilo.
Origen y desarrollo
A finales de los ’70, existían unas pocas bandas de Post-Punk en el Reino Unido catalogadas como góticas. Sin embargo, no sería sino hasta comienzos de los ’80 cuando el Rock gótico se convertiría en un subgénero propio, dentro del Post-punk, y que sus seguidores empezarían a reconocerse como góticos y a formar un movimiento reconocible. La inauguración del club nocturno “Batcave” en Londres, Soho en julio de 1982 proporcionó un lugar de encuentro para los integrantes del incipiente movimiento. El termino “batcaver” se convertiría con el paso del tiempo en Gran Bretaña en un termino para definir a los primeros góticos.
Independientemente de la escena gótica inglesa y casi al mismo tiempo, en EEUU el death rock comenzaba a surgir como un movimiento independiente del Punk estadounidense..[2] En los ‘80 y a comienzos de los ‘90, los miembros de la emergente subcultura gótica en Alemania comenzaron a ser llamados “Grufties” (en inglés, "vault creatures" o "tomb creatures"; en español “criaturas de las tumbas”). Estos generalmente representan una fusión de la subcultura gótica y el movimiento New wave, con una influencia del Nuevo romanticismo, formando un incipiente movimiento llamado “dark culture” –o cultura oscura-, formalmente denominado “Darkwave”.
El gótico después del post-punk
Después de la desaparición del Post punk, el gótico continuó evolucionando tanto musicalmente como estéticamente. Esto ocasionó el surgimiento de varios estilos, variantes dentro del género gótico. Las diferentes escenas regionales contribuyeron a esta diversificación. Por los ’90, la estética Victoriana tuvo una renovada popularidad en la escena gótica, utilizando el neogótico de mediados del Siglo XIX y los aspectos más morbosos de la cultura victoriana.
Terminología en la subcultura
En los ‘90, el término “gótico” y las fronteras de la subcultura gótica se volvieron más borrosas. Nuevas subculturas de jóvenes, o tribus urbanas, emergieron o se hicieron más populares, algunas siendo relacionadas con el movimiento gótico por la sociedad y los medios. Esta relación se debió principalmente a similitudes en la apariencia y la estética de las tribus urbanas, mas que por los géneros musicales de las bandas asociadas a los diferentes grupos urbanos. A medida que pasó el tiempo, el uso del término gótico se fue extendiendo aún más en el habla popular, llegando a ser utilizado para definir grupos que no tenían los mismo gustos musicales, ni en la estética a la cultura gótica original.
Esto dio origen a una jerga gótica que algunos góticos utilizan para etiquetar a diferentes grupos –o a sus miembros-, al movimiento gótico. Entre los que se incluyen “Dark”, “Darkie”, Darketo, principalmente en México, países sudamericanos e Italia, “Mallgoths” o “NeoGoth” en los EEUU, Grufties en Alemania, “Gogan's” en Australia o “Spooky Kids”, “Mosher's” o “Mini-moshers” en Gran Bretaña . Otros términos más positivos como “mini-goths” (pequeños góticos) o “baby bats” (murciélagos bebes) son a veces usados por los góticos angloparlantes más grandes para describir a las nuevas generaciones de jóvenes góticos que muestran un potencial para crecer dentro del grupo.
El predominio de información basada en el lenguaje utilizado en la Internet, de algún otro modo ha distorsionado dramáticamente la percepción de estos términos.
La relación de estos grupos jóvenes con los góticos más viejos, varía. Algunos, en primer lugar, se ofenden de ser llamados góticos; mientras que otros prefieren unirse a la subcultura existente en sus propios términos. Sin embargo, otros simplemente prefieren ignorar su existencia, y deciden apropiarse del término gótico para ellos mismos y redefinir la idea de gótico según su propia imagen. Aún dentro de la original subcultura, haciendo más difícil de precisar la frontera de esta misma.
Narrativa gótica
La narrativa gótica o de terror es un género literario relacionado estrechamente con el de terror y subsumido en éste, al punto de que es difícil diferenciar uno del otro.
De hecho, no puede decirse que existiera la novela de terror hasta la aparición del terror gótico y, estrictamente hablando, la primera novela gótica fue El castillo de Otranto (1765) de Horace Walpole y la última Melmoth el errabundo (1815) de Charles Maturin. Entre estos autores el género se desarrolló con obras como Vathek de William Beckford (1786, originalmente en francés), Los misterios de Udolfo de Ann Radcliffe (1794), Las aventuras de Caleb Williams de William Godwin (Londres, 1794), El Monje de Matthew Lewis (1796) y Manuscrito encontrado en Zaragoza de Jan Potocki (1805).
Dentro del subgénero narrativo denominado novela, es preciso distinguirla de la narración popular fantástica del folklore y de los cuentos tradicionales de aparecidos, porque se desarrolla fundamentalmente desde fines del siglo XVIII a la actualidad y posee características distintas asociadas al movimiento estético conocido como Romanticismo. En algunos manuales de literatura se hace referencia a la novela gótica también como novela negra,[1] si bien este término puede dar lugar en la actualidad a equívocos.
Las características de este género pasan por una ambientación romántica: paisajes sombríos, bosques tenebrosos, ruinas medievales y castillos con sus respectivos sótanos, criptas y pasadizos bien poblados de fantasmas, ruidos nocturnos, cadenas, esqueletos, demonios... Personajes fascinantes, extraños y extranjeros, peligro y muchachas en apuros; los elementos sobrenaturales pueden aparecer o sólamente ser sugeridos. La ubicación elegida, en tiempo y espacio, respondía a la demanda de temas exóticos característica del medievalismo, el exotismo y el orientalismo.
En España cultivaron el género José de Urcullu, traductor de Cuentos de duendes y aparecidos, Londres, 1825. Agustín Pérez Zaragoza, traductor, refundidor y autor de los doce volúmenes de Galería fúnebre de espectros, aparecidos y sombras ensangrentadas, 1831. Antonio Ros de Olano, Gustavo Adolfo Bécquer, con sus Leyendas en prosa y José Zorrilla, con sus leyendas en verso, Miguel de los Santos Álvarez y Pedro Antonio de Alarcón con algunos de sus Cuentos.
Pese a que no existió un movimiento definido como en otras partes de Europa, diversos escritores rusos incursionaron también en el género aportando relatos que guardan como tema principal las brujas, los hombres lobos y personajes propios del folclore eslavo. El primer autor, y más prolífico, en dedicar su pluma a los relatos de terror es Gógol, con algunos cuentos cortos como Viy (que cuenta con más de una adaptación cinematográfica), La noche de San Juan, y La noche de mayo o la ahogada. Otros autores rusos que introdujeron historias de terror fueron, Baratynski (El anillo), Somov (El hombre lobo), Karamzin (La isla de Bornholm) y Lermontov (Stuss).
De hecho, no puede decirse que existiera la novela de terror hasta la aparición del terror gótico y, estrictamente hablando, la primera novela gótica fue El castillo de Otranto (1765) de Horace Walpole y la última Melmoth el errabundo (1815) de Charles Maturin. Entre estos autores el género se desarrolló con obras como Vathek de William Beckford (1786, originalmente en francés), Los misterios de Udolfo de Ann Radcliffe (1794), Las aventuras de Caleb Williams de William Godwin (Londres, 1794), El Monje de Matthew Lewis (1796) y Manuscrito encontrado en Zaragoza de Jan Potocki (1805).
Dentro del subgénero narrativo denominado novela, es preciso distinguirla de la narración popular fantástica del folklore y de los cuentos tradicionales de aparecidos, porque se desarrolla fundamentalmente desde fines del siglo XVIII a la actualidad y posee características distintas asociadas al movimiento estético conocido como Romanticismo. En algunos manuales de literatura se hace referencia a la novela gótica también como novela negra,[1] si bien este término puede dar lugar en la actualidad a equívocos.
Las características de este género pasan por una ambientación romántica: paisajes sombríos, bosques tenebrosos, ruinas medievales y castillos con sus respectivos sótanos, criptas y pasadizos bien poblados de fantasmas, ruidos nocturnos, cadenas, esqueletos, demonios... Personajes fascinantes, extraños y extranjeros, peligro y muchachas en apuros; los elementos sobrenaturales pueden aparecer o sólamente ser sugeridos. La ubicación elegida, en tiempo y espacio, respondía a la demanda de temas exóticos característica del medievalismo, el exotismo y el orientalismo.
En España cultivaron el género José de Urcullu, traductor de Cuentos de duendes y aparecidos, Londres, 1825. Agustín Pérez Zaragoza, traductor, refundidor y autor de los doce volúmenes de Galería fúnebre de espectros, aparecidos y sombras ensangrentadas, 1831. Antonio Ros de Olano, Gustavo Adolfo Bécquer, con sus Leyendas en prosa y José Zorrilla, con sus leyendas en verso, Miguel de los Santos Álvarez y Pedro Antonio de Alarcón con algunos de sus Cuentos.
Pese a que no existió un movimiento definido como en otras partes de Europa, diversos escritores rusos incursionaron también en el género aportando relatos que guardan como tema principal las brujas, los hombres lobos y personajes propios del folclore eslavo. El primer autor, y más prolífico, en dedicar su pluma a los relatos de terror es Gógol, con algunos cuentos cortos como Viy (que cuenta con más de una adaptación cinematográfica), La noche de San Juan, y La noche de mayo o la ahogada. Otros autores rusos que introdujeron historias de terror fueron, Baratynski (El anillo), Somov (El hombre lobo), Karamzin (La isla de Bornholm) y Lermontov (Stuss).
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